Esta tarde he asistido a una conferencia de José Antonio Marina, conocido filósofo y escritor que ha publicado interesantísimos ensayos como “teoría de la inteligencia creadora”, “el laberinto sentimental” o “el diccionario de los sentimientos” entre otros muchos. La de esta tarde venía a hablar sobre su penúltimo libro titulado “palabras de amor”; en el que mediante el análisis de cartas de amor de personajes ilustres de la cultura universal hace una semblanza y un análisis de ese sentimiento tan oído y a veces tan banalmente utilizado como es el amor.
Las reflexiones que ha planteado han puesto mi cabeza a funcionar en la línea de sus palabras. Planteaba por ejemplo la dificultad que existe cada vez mayor para definir con claridad los sentimientos. Contaba como él, a sus alumnos les cuestionaba acerca de cómo sabían que lo que sentían hacia la persona “supuestamente” amada era amor. A través de esta sencilla cuestión (sencilla de entender, pero complicadísima de responder), ha ido esbozando el conglomerado de matices que rodean a este sentimiento; desde el gusto y la atracción, al afecto maternal que todos de alguna manera arrastramos desde nuestro nacimiento, pasando por la necesidad de sentirnos escuchados y alcanzando el sentido de desarrollarnos y evolucionar como seres sociales y afectivos. Y como no, en todo este tapiz de necesidades corriendo el riesgo de engancharnos con cuestiones como la dependencia, el egoísmo, la comodidad, la pereza, el aburrimiento…
Ha concluido con dos reflexiones que personalmente me ha parecido bastante lúcidas pese a su obviedad.
La primera reflexión venía a decir algo así como que en el amor tienen que conjugarse dos variables, por un lado se encuentra la necesidad de relacionarnos, de satisfacer una faceta sexual que tenemos como especie o digamos para entendernos, la necesidad de amar en general; y por otro lado la cualidad humana que hace que yo entre todas las personas que conozco decida que tú eres la persona con la que yo quiero relacionarme y mantener ese contacto personal, contigo y no con tu herman@ gemel@, es decir, esa singularidad que de alguna manera acota la generalidad en un ser concreto.
La otra cuestión que me ha parecido muy interesante es su respuesta a la pregunta ¿dura el amor para siempre? A lo que él respondía diciendo “¿dura una conversación para siempre? A veces si, a veces no; depende de la conexión que exista entre los intercomunicadores”. La relación se asienta- comentaba él- entre otras cosas en la capacidad de comunicarnos, ahí se ve una vez más la importancia y el poder de la palabra.
Con esta segunda reflexión he salido de la conferencia con el espíritu contrariado, pues si bien estoy de acuerdo con sus reflexiones, no puedo evitar plantearme ¿cómo es que estando en la era de la comunicación, se respira tan poco amor? Se me ocurre contestarme parafraseando a William Shakespeare, quizás tenemos mucho ruido y pocas nueces.
6 comentarios:
Estamos en la era de las nntt, lo cual no aumenta nuestra capacidad "comunicacional" (eso existe?). En todo caso, aumentará la posibilidad de encontrar a alguien medio-compatible.
Yo es que el tema del amar lo ecuentro un poco raro. Es un adjetivo muy simple, lo se, pero no se me ocurre otro mejor para describir una relación que no me acabo de creer al 100%. El enmoramiento me parece algo así como un instinto de supervivencia de nuestra especie, no creo que ninguna conversación pueda durar para siempre, que se trata en todo caso de hacer el viaje lo más cómodamente posible: con una pareja nunca te sientes solo al llegar a casa, divides entre dos los gastos, tienes a alguien que no tiene más remedio que defenderte cuando la líes, etc. Se crea un "cariño cómodo", un "acostumbrarse al otro", pero amor, amor, lo que es amor eterno, yo no me lo creo. Casi que me creo más el sentimiento de amistad, fíjate.
Comparto el texto de Cris a partir de "hacer el viaje (...)". Cuando puedes llegar al punto sincero y el otro no teme ser políticamente incorrecto, muchos dicen eso mismo: que se transforma, que hay cariño, comodidad...
Ahora bien, en cuanto otro ser te "descoloca", ya no sabes si aquello era cariño o si lo es ésto; si la pasión puede superar a la estabilidad, si... o si....
Ahí ya creo que entra en juego la coherencia y los principios de cada uno. De toda la vida hay gente más "comodona" que otros (y no lo digo en tono despectivo, no se me malinterprete, porfa), que por nada del mundo dejarían lo que tienen para ir a explorar "mundos desconocidos".
Cosa muy rara de definir, el amor.
B7s
Comparto en buena parte las palabas del sabio que dió la conferencia, amor es comunicación (o como me gusta decir a mí, "amor es trabajo, trabajo, trabajo", parafraseando al genial Hape Kerkeling. Solo matizar que al sabio se le escapa que comunicación es mucho más y mucho más profundo que lo que hacemos con las palabras.
Por lo demás, en completo desacuerdo con Cris y Majo. Pienso que para empezar si no te crees al 100% una conversación eterna no puedes construirla. Como Coach y también por otras experiencias personales no relacionadas con el amor sé que la mejor manera de alcanzar metas "imposibles" es haciéndolas posibles y entonces realizándolas.
En mi época de ambulancias ví abuelos que llevaban más de 50 años juntos darse un beso como si tuvieran 20 años, mirarse de esa manera que solo se miran los que se aman. No una pareja ni dos, un buen puñado. Y a la mayoría les pregunté: "¿cómo?" y todos me respondieron invariablemente: "habla, habla y habla". Y eso estoy practicando ahora con mi pareja, aunque es un poco rollo porque nos conocemos tanto que muchas veces nos adelantamos a palabras y hechos :D
Respecto al comentario de Majo... si la pasión supera al amor es por una cuestión de comparación: crea un amor más grande que una pasión y ninguna pasión podrá hacerte cambiar el amor que disfrutas. Y eso te lo dice alguien que nuna ha temido explorar lo desconocido y que ha dejado todo en España para ir a una Alemania de la que no conocía ni el idioma (ni espectativas de trabajo ni nada)... precisamente por amor.
Yo digo: sí, es posible si se hace posible. Si se CONSTRUYE. No creo que eso del "amor" venga como los cuentos de hadas que nos han contado "desde fuera" sino, más bien, desde dentro, desde los hechos.
Platón hizo mucho daño sin saberlo...
Dezaragoza, a lo mejor si trabajabs en ambulancias... no sé exactamente qué harías, pero puede ser que la situación diera pie a ver más amor del habitual, sabes lo que te quiero decir?
Sobre la idea de que el amor se construye desde dentro, yo la encuentro un poco "artificial". Es decir: si se construye es porque no existe por si solo, no?
Hola a los tres. Contestar de alguna manera a vuestros comentarios sería como hacer una entrada, así que creo que lo que voy a hacer(y además me apetece porque me lo habeis inspirado), mi aportación a estos comentarios irá en la siguiente entrada. Vuestras aportaciones me han movido muchas ideas que junto con las que se me movieron en la conferencia y que no llegué a exponer en esta entrada por no hacerla muy larga me dan pié a expresarme más comodamente en "palabras de amor 2" que voy intentar darle forma en estos días.
Gracias por regalar vuestros comentarios y opiniones porque estas cositas me siguen ayudando a crecer.
Un abrazo grandote.
Escribir en este cuaderno de silencios, parace como hablar al oído.
En mi relación de pareja el amor se basa en tres pilares: ser amantes, ser amigos y ser compañeros. Lo tuvimos claro desde el principio y por ello cuidamos cada uno de estos día a día.
Amar es una palabra muy pequeña para algo tan grande. Quizás no sepa describirla bien pero sí que puedo tener más claro lo que no es.
Amar no es conveniencia, no es envidia, no es esperar, no es crítica, no es dominación, no es violencia, no es miedo, no es dependencia, no es sufrimiento, no es dolor... Amar es amor
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