martes, 31 de agosto de 2010

¿Atención, intención o acción?




Hay ocasiones en las que con un pequeño detalle se puede leer entre líneas una realidad paralela a la aparente. Una palabra que aparece en medio de una conversación, el desvío de una mirada, una piedra situada en un borde del camino en donde hay miles de piedras…Simplemente hay que estar en disposición de leer esos indicios para ajustar el enfoque de nuestra lente vital y acertar a mirar que hay de más.
Ayer por ejemplo, el calendario marcaba el mes de agosto, el termómetro se aliaba con esa lectura y le faltaba hervir al mercurio, pero el ambiente en cambio olía a septiembre. Sé que es fácil pensar que siendo lunes 30 de agosto la operación retorno se había hecho durante el fin de semana y las calles estarían con más movimiento; y es cierto, pero pensé que aún faltaban dos días para que finalizase el mes de agosto y 23 para que finalice el verano y me sorprendió esta sensación.
El reparar en este detalle sensitivo me introdujo en una serie de recuerdos de mi infancia. Recuerdo que el verano acababa cuando me empezaba a poner mi madre la manga larga y viceversa; y ahí no había calendario, tan solo sensación térmica, o ya algo más mayor, recuerdo tener conciencia de que el verano acababa el 14 de septiembre porque el 15 comenzaba el colegio (aunque en este caso quedasen 6 días para el cambio de estación). De hecho no recuerdo cuando aprendí las fechas en las que se produce el cambio de estación, supongo que sería en alguna clase de ciencias naturales o algo así. Tal vez, si me hubiese criado en un ambiente más ligado al campo esta visión del paso de las estaciones y sus transiciones habría estado inspirado por otras experiencias.
El caso es que al pensar y recordar estas cosas me surgía la pregunta, ¿la realidad es lo que pasa al margen de las sensaciones que uno perciba o de los focos de atención que proyecte, o quizás la realidad es aquello que construimos mediante la información que percibimos y la interpretación que hacemos de ello?. Es algo así como ese planteamiento filosófico que expone ¿vemos la luna porque está ahí o la luna está ahí porque la vemos?
En el fondo no me estaba planteando nada nuevo que no se le haya pasado por la cabeza a miles de personas antes que a mí, pero en estos días estoy leyendo acerca de la atención dividida y de las diferentes teorías acerca del funcionamiento cerebral en cuanto a la selección de información, la interpretación y la consiguiente ejecución de acciones. Y supongo que soy un sujeto perfecto para experimentar en estas cuestiones porque cada vez más mi paso por la vida pendula entre lo que siento y lo que sucede alrededor y uno a veces ya no sabe a qué atender.