domingo, 10 de mayo de 2009

Benedetti.

Como ya hiciera referencia el otro día en el apartado de buenas noticias, mi admirado y también creo que de much@s otr@s, Mario Benedetti, mejoraba de los problemas de salud que lo llevaban a ser internado en un sanatorio en Montevideo. Hoy he leído que ya le dieron el alta y está de nuevo en su casa, lo cual para todos los que amamos su poesía y su manera de narrar la vida es sin duda una muy buena noticia. Desde este pequeño rincón del ciberespacio quiero celebrar el triunfo del poeta ante este nuevo pulso que le echó el destino. Acabo de terminar su libro titulado “Vivir adrede” y en el se encuentran estos dos textos que a continuación cuelgo y que para mi gusto son como dos gotas de rocío en el desierto que a veces tengo la sensación que estamos construyendo. El primero una de sus pequeñas historias que son todo un himno a la sencillez y a la sorpresa del vivir; en el segundo creo que deja bastante claras sus ganas de vivir y que son sin duda las que habrán hecho que este asalto lo haya ganado él.


Ascensor.

La muchacha y el hombre ingresaron en el ascensor en la Planta Baja. Ella marcó el 5º y él marcó el 7º. Pero de pronto sobrevino un apagón y el ascensor se detuvo, naturalmente a oscuras entre el 2º y el 3º. Él dijo: “caramba”, y ella “Qué miedo”.
Permanecieron un rato en aquel lóbrego silencio, pero al fin el hombre dijo: “Al menos podríamos presentarnos. Mi nombre es Juan Eduardo”. Y ella: “Soy Lucía”.
Él decidió mover de a poco el brazo izquierdo, y así, a tientas, llegó a tocar algo que le pareció un hombro de la chica. Allí se quedó, esperanzado. Ella levantó una mano y la posó sobre aquel brazo intruso. “Tenés un lindo hombro – dijo él-, parece de una estatua”. Ella apenas balbuceó: “Tu mano me gusta, al menos es cálida”.
Entonces, ya mejor orientado, el brazo masculino bajó hasta la cintura femenina. Ella tembló un poco, pero acabó consintiendo. En realidad, no tuvo tiempo de preguntar nada, porque él le cerró la boca con su boca. Lucía, un poco asombrada, sintió que aquel beso le gustaba y respondió con otro, éste de su cosecha.
Así se quedaron un buen rato en aquella tenebrosa intimidad. Él preguntó: “¿Sos soltera?”. “ Sí, ¿y vos?” ”Viudo”. Inauguraron un abrazo inédito, y así permanecieron, disfrutando.
De pronto se acabó el apagón, pero el ascensor todavía quedó inmóvil. Ambos, ya con la luz, se estudiaron los rostros y sobre todo las miradas. Hubo un mutuo visto bueno.
Él dijo: “No estuvo mal, ¿verdad?”. Y ella: “Estuvo lindo”. Él: “Me parece que el ascensor va a empezar a moverse. En Planta Baja marcaste el 5º. ¿Vas allí?”. Y ella: “No, ahora voy al 7º”.
Al final el ascensor arrancó y los llevó como lo haría un padrino.


No voy a irme.

No voy a irme así nomás. Tendrán que echarme, sin motivo. Yo y mis talones en la tierra decimos no, que aguantaremos.
Pueden mandarme vendavales o filatelias del agravio: la colección de mis descuidos, de mis erratas, de mis queridos disparates, de mis tropiezos evitables, de mis inútiles extravagancias, de mis escándalos de ateo.
No voy a irme así nomás, por algo aquí me concibieron y fui nacido y caminé descalzo sin herirme, dialogando con el silencio y con el mar y con las nubes, con lluvia y sol tan incesantes y siempre con algún secreto, minúsculo o tremendo pero mío, como una forma de eludir cierta carcoma inevitable.
No voy a irme así nomás. Si soy superfluo o desolado, la trayectoria de mis culpas se va y regresa con lo aprendido, y yo la espero aquí en la noche.
No voy a irme y si me voy, será para estudiar la nada.

6 comentarios:

dezaragoza dijo...

Pues ahora que está bien que siga trabajando y dándonos más poesia: es la responsabilidad del genio.

Abrazos señor.

Majo dijo...

Si te digo que, al ver que tenías entrada nueva titulada así pensé que podían ser malas noticias...:(

Llevo un domingo intenso de limpieza casil: lavadoras con fundas de colchones, colchas más abrigadas que dan paso a las de primavera-verano, arreglo de ropa...

¿Ves? y a mitad de la tarde, con un día raro en que a ratos llueve, a ratos solea, me has dado una buena noticia, porque me encanta Benedetti.

B7s y feliz tarde domingosa.

Sâddha dijo...

Hola compas del mundiblog.
Que rapidez, estoy liado con el plan renove a la música y apenas acabo de colgar la entrada, gracias gracias por vuestra compañía.

Dezaragoza, tu lo has dicho es un genio y más allá de los cuentos, es decir, más acá, en este mundito necesitamos genios que nos ayuden para que entre tod@s sigamos construyendo el milagro de vivir en otro mundo posible.

Majo, bienvenida al club de las tareas caseras, yo estoy en similares circunstancias a las tuyas, cambiando armarios y como me ha sabido a poco me he metido en un agujero negro que se llama trastero...buffffffff, necesitaba la poesía de benedetti para salir. Y si encima hay algo que celebrar como es que siga ahí al pie del cañón, pues con más motivo.
Besos para amb@s dos y feliz tarde domingosa como dice Majo, jejeje que bueno, domingosa, jejeje.

Unknown dijo...

Aún hay Mario B. para rato...

saludos, Cris me recomendó tu espacio y sí, tenía mucha razón.

Cris dijo...

Él llevaba siempre en el coche una antología poética de Benedetti. (esto demuestra que lo que escribes tiene reaccioens diversas...)
Besitosss

Sâddha dijo...

Hola Troba, sinceramente, es un honor tenerte aquí habiendo visto tu blog que es todo un descubrimiento; y con él has tocado en mi médula, pues despues de respirar creo que lo que más me gusta en la vida es la música y concretamente la troba. Seguimos en contacto.

Cris, yo también la llevo en el coche y otra de Ángel Gonzalez. Ves, no somos tan distintos aunque estemos tan distantes.
Una vez más, gracias por ser mi manager y recomendarme a gente tan guapa como el blog de Troba. Es que pones muy fácil el quererte.