En estos últimos días estoy planteándome cambiar de compañía de telefonía móvil; y esta gestión me ha desembocado en el apasionante mundo de las tarifas, ofertas y terminales. Entrar en ese mundo es pasar de cero a cien en pocos segundos. En menos de lo que te imaginas lo que en principio era una simple gestión de un recurso doméstico más, se te plantea como un dilema existencial sobre una necesidad básica de subsistencia en un mundo moderno del siglo XXI. El mes pasado ya es prehistoria y si miramos el anterior nos remontamos al pleistoceno de la comunicación. Me he llegado a plantear si hablar por teléfono es una vulgaridad, pudiendo hacer una videollamada por el 3G utilizando la cámara de nosecuantos pixel con flash incorporado y estabilizador de imagen que permite que con el manos libres pueda estar haciendo…no se, la verdad, porque hasta ahora cuando hablaba lo único que hacía era hablar y como mucho pasearme, que ese es otro fenómeno digno de analizar; ¿porqué tendemos a andar cuando nos llaman por el móvil? En fin, todavía no he cambiado de compañía porque he decidido esperar a que me haga efecto el gelocatil, pero esta situación me ha hecho pensar en cuales son las cosas que realmente le dan gustito a mi vida y qué vinculación tienen con la velocidad astronómica del mercado.
Pensando y pensando he decidido hacer una lluvia de placeres, pero una lluvia corta, de las diez primeras cosas que me vengan a la cabeza, que me resultan lo suficientemente agradables como para decidir tenerlas incorporadas a mi vida de manera más o menos fija. Ahí voy:
Pensando y pensando he decidido hacer una lluvia de placeres, pero una lluvia corta, de las diez primeras cosas que me vengan a la cabeza, que me resultan lo suficientemente agradables como para decidir tenerlas incorporadas a mi vida de manera más o menos fija. Ahí voy:
· Desayunar sin prisa un café con tostadas en silencio, dejando que mi cuerpo vaya poco a poco tomando contacto con el día que hay por delante.
· Dar un paseo con mi “compa” por la montaña escuchando el viento entre las copas de los árboles.
· Al mediodía, después de comer, leer un libro que me tenga enganchado mientras disfruto de un café.
· Reírme con mis amig@s mientras hacemos una cenita en casa.
· Tumbarme en el suelo y mirar a mi perro y pensar que el piensa que parece que le entiendo.
· Quedarme a solas en mi estudio y tocar la guitarra.
· Reírme con la gente durante la clase de yoga.
· Regar las plantas y cuidarlas.
· Cocinar sin prisa.
· Cuando estoy aprendiendo y soy consciente de ello.
Estas son las diez cosas que me han venido a la cabeza, no quiero decir que son las diez cosas que más me gustan, ni el orden en el que están tampoco es categórico, pero si es cierto que si me han salido de manera rápida es porque de alguna manera las tengo integradas en mi vida y forman parte de mi estructura física, mental y existencial. Está claro que mi ritmo es distinto al que pretende imponerme el mercado.
Seguramente haré la gestión del móvil y lo utilizaré como un recurso que está ahí para cumplir una utilidad, pero creo que el ejercicio de tomarnos el pulso a nosotros mismos nos puede ayudar a aguantar los pulsos que nos plantea el sistema.
3 comentarios:
1º: Una de las decisiones mejor tomadas de mi vida fue huir de movistar.
2º: Me levanto 20 minutos antes que mi hijo para desayunar tranquilamente mis tostadas y mi café en paz y sin Shin Chan.
3º: Mi gato a veces me pone caras que da la sensación que está pensando que soy idiota.
4º: Tengo que retomar la guitarra pero ya! (bueno, en cuanto pase el examen).
5º: ¿Por qué a mi se me mueren todas las plantas?
6º: Entre mis placeres estás tú. (ooohhhh!!!!)
Simplemente un gran post y una gran lección. Hay gente que sabe vivir y no necesita la adrenalina. Por desgracia otros viven enganchados a los pulsos consumistas. Un saludo.
Cris yo también estoy en ese intento de fuga de movistar. Yo me levanto 20 minutos después que mi marida, cuando ya se ha largao y puedo estar solo y en silencio.Mi perro hacia mi iden de tu gato. De la guitarra más iden. De las macetas otro iden más, pero yo me emociono intentando resucitarlas como a Lázaro y alguna vez me ha funcionado y mola lo que no está escrito. Y de tí que voy a decir que tu no sepas si es que eres lo más.
Dezaragoza, esto es un intento de electrocardiograma vital, porque a veces me toco y no me siento el pulso, percibo facturas, exámenes, buscar curro, lidiar con dios y su madre...y cuando me doy cuenta como acertadamente dices tú que la adrenalina me come el terreno, no me queda más remedio que resituar mi GPS y reorientar mis coordenadas con ejercicios blogueros por poner un ejemplo.
Es un gusto teneros a los dos por aquí, de momento sois los únicos con los que he hablado, pero sin duda que la calidad supera con creces a la cantidad.
Un abrazo.
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