Hace mucho tiempo, siendo estudiante del instituto, un día, en clase de religión nos dio una charla un misionero que llevaba nosecuantosaños en las misiones en África; la verdad es que no me acuerdo de nada de lo que habló aunque seguramente no creo que hubiera mucha diferencia con lo que podría contar a fecha de hoy salvo que las cifras han engordado. Gran paradoja la del hambre en el mundo, que lo único que engorda es el número de las personas que mueren de hambre. Bueno, que me desvío del tema y luego termino con la úlcera sangrándome. El caso es que como digo, no recuerdo nada de lo que aquel buen hombre nos contó exceptuando un proverbio africano que nos dijo empleaban las personas del lugar dónde el estaba para referirse a los blancos y más concretamente a los misioneros. El proverbio en sí decía “por más que un tronco flote jamás será un cocodrilo”. Con esto, nos explicaba el misionero “los nativos nos recuerdan que por muchos años que pasemos entre ellos nunca seremos como ellos, nunca seremos negros, nunca moriremos de hambre como ellos y nunca nos sabremos mover en su tierra como ellos”. Para mí fue como aprender un koan de los que enseñan los maestros zen. Me resultaría imposible contar las veces que me ha venido a la memoria este proverbio a lo largo de mi vida.
En estos últimos cuatro días me he acordado bastantes veces de dicho proverbio. El domingo sin ir más lejos, me encontraba con una frase de Buda que decía, “el silencio no puede hacer de un necio un maestro”. Al día siguiente leo en una revista, “tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve a uno pianista”; de nuevo me vino a la cabeza el proverbio de marras. El martes, el recuerdo me viene a través de leer la noticia de que a Aznar le han nombrado Doctor Honoris Causa de una universidad en Valencia (privada y católica, lo que hace que no resulte tan extraño) pero lo importante es ver al tronco de Aznar flotando entre las aguas del conocimiento que representa la universidad, (aunque si tiramos del hilo seguramente esa universidad podría ser otro tronco flotando en las aguas del conocimiento). El caso es que al ver la foto del susodicho con el birrete, me recordó a un tronco con piel de cocodrilo, pero al que se le ven las raíces (y cada cual que le ponga las raíces en el campo que quiera). Por último, ayer veo a Mario Conde dando una charla en la cárcel de Sevilla y tratando a los internos como “compañeros”. No puedo negar que me dio la tos y nuevamente me apareció como un rótulo luminoso cual street de Hollywood sobre mi pantalla mental el proverbito.
Para venir esta enseñanza de un territorio “subdesarrollado y por civilizar” como se piensa que es África, hay que ver todo lo que me está ayudando a crecer a mí, ciudadano del “mundo desarrollado y civilizado”.
La vida está llena de paradojas, o quizás la vida en sí misma sea una paradoja, quién sabe… sea como fuere, sin ánimo de hacerme pasar por un árbol, estas cosas me sirven para situar un poco más mis pies en la tierra, aunque eso sí, sin dejar de mirar las estrellas.
En estos últimos cuatro días me he acordado bastantes veces de dicho proverbio. El domingo sin ir más lejos, me encontraba con una frase de Buda que decía, “el silencio no puede hacer de un necio un maestro”. Al día siguiente leo en una revista, “tener hijos no lo convierte a uno en padre, del mismo modo en que tener un piano no lo vuelve a uno pianista”; de nuevo me vino a la cabeza el proverbio de marras. El martes, el recuerdo me viene a través de leer la noticia de que a Aznar le han nombrado Doctor Honoris Causa de una universidad en Valencia (privada y católica, lo que hace que no resulte tan extraño) pero lo importante es ver al tronco de Aznar flotando entre las aguas del conocimiento que representa la universidad, (aunque si tiramos del hilo seguramente esa universidad podría ser otro tronco flotando en las aguas del conocimiento). El caso es que al ver la foto del susodicho con el birrete, me recordó a un tronco con piel de cocodrilo, pero al que se le ven las raíces (y cada cual que le ponga las raíces en el campo que quiera). Por último, ayer veo a Mario Conde dando una charla en la cárcel de Sevilla y tratando a los internos como “compañeros”. No puedo negar que me dio la tos y nuevamente me apareció como un rótulo luminoso cual street de Hollywood sobre mi pantalla mental el proverbito.
Para venir esta enseñanza de un territorio “subdesarrollado y por civilizar” como se piensa que es África, hay que ver todo lo que me está ayudando a crecer a mí, ciudadano del “mundo desarrollado y civilizado”.
La vida está llena de paradojas, o quizás la vida en sí misma sea una paradoja, quién sabe… sea como fuere, sin ánimo de hacerme pasar por un árbol, estas cosas me sirven para situar un poco más mis pies en la tierra, aunque eso sí, sin dejar de mirar las estrellas.
2 comentarios:
Yo vi la noticia de Aznar mientras desayunaba... :S
Curiosamente yo también la ví desayunando, ¿será una metáfora de las cosas que nos tenemos que tragar? Espero que nó porque yo estoy dispuesto a regurgitar si es necesario.
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