lunes, 15 de junio de 2009

Sobre inversiones, miedos y futuro.

El otro día echando un vistazo a distintos blogs me encontré con la siguiente entrada (aquí).
No voy a negar que cuando la leí fue como el picotazo de un mosquito y en pocos segundos se me fue inflamando un cierto mosqueo. Yo no sé las demás personas como gestionarán su vida y su manera de ir por el mundo, pero a mí esto de competir de siempre me ha dado bastante grima y no termino de encajarlo en mi vida. A la conclusión que he llegado en estos momentos de mi vida es que lo más práctico es hacer aquellas cosas que te hagan feliz; y si no puedes hacer aquello que te haga feliz, haz lo que más se aproxime, porque de alguna manera estás en el camino. Ahora bien, la cuestión de fondo es saber qué es lo que a mi me hace feliz y sobre todo porqué. ¿Estudio algo porque me gusta o porque tiene salidas laborales?, ¿visto como me siento cómodo o como dice la moda que se inventan otros? Y por tanto ¿me veo guapo u otros hacen que me sienta guapo?... podría seguir infinitamente.

El otro día también blogueando, en otro blog encontré la siguiente frase "La publicidad nos hace desear coches y ropas. Tenemos empleos que odiamos, para comprar mierda que no necesitamos". Y claro, yo no puedo evitar poner en tela de juicio esas necesidades que se nos venden. Y no puedo evitar escandalizarme al leer “si el hambre llama a tu puerta, más te vale que corras más que los demás”, pues pienso, si el hambre llama a mi puerta, ¿qué diablos está llamando en las puertas de las casas de África?

Se habla de invertir, pero creo que la mejor inversión sería la de dar la vuelta y poner unas cuantas cosas patas arriba, por ejemplo dejar de sentir miedo ante muchos ogros que se ha inventado el sistema de manera que en lugar de competir elijamos compartir y en lugar de correr optemos por recorrer. Y puestos a desprendernos de necesidades inútiles, la primera o de las primeras podría ser la de dejar de sentir miedo por no ser los primeros, ni los mejores e incluso por ser los últimos, porque cuando eres feliz de verdad, se desintegran todos los rankings del mundo.

Me viene a la cabeza un comentario que escuché no hace mucho referenciado a Ángel González el poeta, quien solía decir algo así como “no se como habiendo tantas cosas buenas y que nos hacen felices, en las que invertir el tiempo y nuestra energía nos entretenemos en crear mala sangre y amargarnos la vida peleándonos”. Y yo añado, peleándonos o compitiendo.

Y si es por cuentos, prefiero este.


LA TAZA DE CAFÉ

Un grupo de estudiantes, una vez que terminó sus carreras decidieron ir juntos a visitar a su viejo catedrático.
La conversación pronto giró acerca del estrés en el trabajo y en la vida.
El profesor, ofreció a sus invitados un café, por lo que fue a la cocina y volvió con un gran jarro de café y un surtido de tazas: de porcelana, de plástico, de vidrio, algunas de aspecto simple y algunas caras y exquisitas, diciéndoles que quizás se animarían tomando un café caliente.
Cuando todos los estudiantes tuvieron la taza de café en la mano, el catedrático dijo: “si os dais cuenta, habéis cogido todos las tazas buenas y caras, dejando las simples y baratas. Mientras os sea normal querer sólo lo mejor para vosotros mismos, esto será la fuente de vuestros problemas y estrés. Lo que vosotros queríais realmente era el café no la taza, pero inconscientemente habéis ido a por las mejores tazas mirando con interés cada una de las tazas. Ahora si la vida es café, entonces el trabajo, el dinero y la posición social son las tazas. Ellas son sólo herramientas que contienen la vida, pero la calidad de la Vida no cambia”.
A veces, por concentrarnos en la taza, dejamos de disfrutar del café en sí mismo.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Nuestra única ambición debe ser disfrutar de la justicia y la paz.

Saludos!

Majo dijo...

He leído el blog que enlazaste. Hilándolo con tus reflexiones, me entra una sensación rara, que precisamente ando viviendo desde hace un mes: resulta que comparto coche algunas tardes con dos chicas jovencitas, recién diplomadas. En la media hora de ida y la media de vuelta hablamos, y también las escucho hablar. Van juntas a todos los sitios a buscar empleo, una arrastra a la otra que es mucho más tímida, y la otra simplemente se deja llevar.

Una de ellas -la más "espabilada", es mucho más consciente de que están optando a lo mismo, y que no hay dos plazas, sino una. La más tímida es tan insegura que no piensa en la posibilidad de que realmente son rivales, y se apunta con la otra como el que se apunta a un curso de socorrismo un verano.

La primera me confiesa a solas que se siente un poco incómoda al tener que comunicarle a la tímida cada nueva plaza u oferta laboral que le sale, como si estuviera obligada a ello (el día que no lo hace se siente terriblemente culpable).

Cuando las dejo en sus casas me voy siempre pensando cuán necesaria es la asertividad en nuestras vidas. Ahí tengo el libro desde hace más de diez años, con apenas tres páginas leídas...

Sâddha dijo...

Hola a ambos dos.

Troba, se puede decir más alto pero no más claro.

Majo, es que el término que tu empleas, "espabilar" es muy utilizado en estas cuestiones - "espabilia que te quedas en la calle", "o te andas listo o llega otro espabilado y te quita el puesto"- en fin, no llego yo a tener claro el concepto de espabilar atendiendo a su uso; porque si espabilar es aplicar "marica el último" prefiero no espabilar.
En cuanto a la asertividad, creo que debería ser una enseñanza como la de masticar de manera que nos ayude a digerir todas las situaciones que se nos presentan en la vida. Yo ahora me estoy leyendo un libro de Eduardo Haro Teglen que se titula "ser de izquierdas"; y aunque el título tampoco es que sea de lo más llamativo he de reconocer que me estoy encontrando con reflexiones que me están dando mucha luz,con las que coincido bastante y que de alguna manera van en la línea que planteo en esta entrada, que tú misma ofreces en tu blog en su esencia general o que Troba presenta también en su blog.
A mi al menos me ayuda a no sentirme tan perro verde econtrar personas como vosotr@s con los que coincido en estas cuestiones tan esenciales para mi.
Como siempre, es un gusto compartir con vosotros. Gracias y abrazos.

Cris dijo...

Yo no lo veo tan fácil. Estoy de acuerdo en esencia con todo lo que dices, pero ahora, recién diplomada como las compañeras de Majo, surge con fuerza el concepto de espavilar. Estoy agobiada por la idea de que lo que acabo de terminar me sirva para algo, tengo prisa, nadie me da información clara de nada porque todos somos rivales.
Y me asquea muchisimo la idea de que no se puede vivir sin competir: la selección natural del capitalismo, supongo, pero no hay mucho que hacer en contra.

Besos.

dezaragoza dijo...

¿Cómo puedo añadir algo a la entrada que has hecho hoy?. Te lo dice un cafetero de la vida :D

Pilardepiedra dijo...

¡Qué bueno el cuento!. Estoy totalmente de acuerdo contigo.

Creo que te refieres al cuento del tigre y a mi tampoco me hizo mucha gracia, la verdad.

Supongo que fuera de contexto se puede malinterpretar bastante.

De todas formas este cuento del café es genial y lo utilizaré en más de una ocasión.

Gracias por compartirlo.

Sâddha dijo...

Hola a l@s tres.

Cris, dificil no es imposible. Yo creo que se puede vivir sin competir, pero otra cosa es que sea fácil. No obstante las cosas no es bueno reducir a si o no y en tu caso y en el mío podríamos sacar muchííííísimos matices que nos demostrarían que perfectamente podemos vivir sin competir, porque nuestra escala de valores no encaja ni con calzador en ese ritmo.

Amigo maño, yo intento ser un cafetero de la vida y sufro por ello los efectos del café, es decir, a veces esto me cuesta tener que perder el sueño. Pero por otro lado creo firmemente que sarna con gusto no pica, o por lo menos estoy convencido de que pica menos de lo que amenazan.

Pilar, no entiendo lo que quieres decir con que fuera de contexto se puede mal interpretar bastante.
Yo el cuento del tigre se lo escuché a Bucay hace un par de años en una conferencia y éste la aplicación que le daba era la importancia de saber elegir al compañero de viaje, pues no siempre el mero hecho de que vaya a tu lado implica que esa persona sea tu mejor compañer@; y hay que tener un objetivo compartido, un acompañar, un apoyar...vamos todo lo contrario a la aplicación que se le da en la entrada que cito. Por eso me revelo, porque me niego a comulgar con la historia de que hay pocos recursos y que tenemos que liarnos a bocados como hienas por una pieza de carne. Creo sinceramente que eso es una falacia motivada por intereses muy oscuros. El problema no es que los recusos sean limitados sino que las ansias son ilimitadas.Ese es bajo mi punto de vista el gran problema.

Besos y abrazos compartidos, repartidos y acompañados. Gracias por acompañarme y compartir.

Rosa dijo...

Creo que ya lo he puesto en alguna ocasión por algún lado, pero lo vuelvo a repetir porque me ha venido a la cabeza después de leerte. Dice Sábato algo así: "estamos tan desorientados que creemos que la felicidad es ir de compras".
Yo a veces me pregunto cómo seríamos, qué necesitaríamos y de qué manera interpretaríamos el mundo si estuviésemos realmente despojados de esa visión del mismo que poco a poco el sistema nos ha ido haciendo creer como correcta, única, inalterable y cierta.
Yo no lo sé.
También me ha llamado la atención que mencionases en tu post a Ángel Gonzáles porque últimamente he estado leyendo cosas de él y además le he regalado al tutor de mi hijo mayor (que es un tremendo admirador) una novela del también poeta Luis García Montero, en la que rinde homenaje a Ángel García escribiendo con exquisita ternura sobre su infancia, "Mañana no será lo que dios quiera" se titula.
Un besote y gracias por tus reflexiones.

ixilik dijo...

Muy bueno lo del café. Estoy totalmente de acuerdo.
Lo que tambien pienso es qeuCris no lo comparte, porque el café hay que dejarlo reposar.
Personalmente, competí , perree en el trabajo.... pero con los años aprendes a relativizar todo, y decir "Si, si dinero, posición realización en el trabajo...." pero ¿Que me interesa, qeu entiendo por calidad de vida?"
Pero creo que es un camino que tiene que encontrarse cada uno
Un abrazo

Sâddha dijo...

Hola Rosa, al hilo de lo que dices de Sábato, no hace mucho escuché a alguien decir "¿qué mundo estamos construyendo en que lo normal se vuelve exótico?". Por otro lado a mi hay una reflexión que me encanta de Tony de Mello (si no lo conoces lo recomiendo)que plantea "cuando el gorrión hace su nido en el bosque, no ocupa más que una rama, cuando el ciervo apaga su sed, no bebe más que lo que le cabe en la panza. Nosotros los humanos acumulamos cosas porque tenemos el corazón vacío". Como se suele decir ahora vas y lo cascas.
Y da la casualidad de que escuché eso de Ángel Gonzalez, pero ademas yo tengo especial admiración por su poesía, lo cual no hace sino terminar de enamorarme de su persona. El libro de García Montero que dices, lo tengo ya en lista de espera para leerlo. Gracias a ti por pasar de nuevo por aquí, se te echaba de menos aquí en particular y en la blogosfera en general.

Hola Ixilik, sí, muy bueno lo del café, pero que muy bien traido eso que dices tu de que el café hay que dejarlo reposar, porque eso es una verdad como una catedral. Respecto a lo de competir y tal, yo hace tiempo que intento recordarme una frase que leí hace ya bastantes años que decía algo así como "cuando tu te subes encima de alguien estás más alto pero no eres más grande"; así desde esa reflexión me ayuda a mi a relativizar dónde me quiero yo subir y sobre todo también a quien tengo por encima. Y la pregunta que planteas de qué es calidad de vida, a mi me parece que es una de esas preguntas clave en toda realización personal, que si la tuviesemos medianamente clara, si que creo que nuestra calidad de vida mejoraría ostensiblemente.
Un abrazo y gracias por dejar de nuevo tu aportación que nos hace todos quienes la leemos un poquito más sabios.