No volveré a ser joven
Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
-como todos los jóvenes, yo vine
a llevarme la vida por delante.
Dejar huella quería
y marcharme entre aplausos
-envejecer, morir, eran tan sólo
las dimensiones del teatro.
Pero ha pasado el tiempo
y la verdad desagradable asoma:
envejecer, morir,
es el único argumento de la obra.
Jaime Gil de Biedma
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3 comentarios:
Este poema lo conocí hará unos tres años y, mira qué curioso, porque fue el regalo de cumpleaños que le hizo su hermano a una chica al cumplir dieciocho años.
Si a esa edad te lo descubren, pues ya tienes mucho avanzado, ¿no crees?
Besos
Jo, a veces el realismo te clava las uñas un poco, verdad?
Un besazo.
Hola majo y Rosa os doy la razón a ambas dos.
Majo, tienes razón, pero yo diría más, si a esa edad te lo descubre tu propio hermano ese avance es mayor aún y en mi caso particular todo un lujo habría sido.
Rosa, la realidad a veces te clava, te araña y te desgarra y aunque sean heridas de las que vienen estipuladas por el contrato vital no dejan de ser jodidas.
Besos tardíos a las dos.
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