Ha pasado ya un mes desde mi última entrada y no puedo negar que mi vida ha cambiado cualitativamente dando un giro de 180 grados. Aunque el tiempo es el mismo de antes y pasa con la misma velocidad de siempre mi percepción del mismo es bien distinta a como antes lo apreciaba. Los días no me resultan ni largos ni cortos,los percibo simplemente intensos. Es un proceso de aprendizaje continuo y no me refiero solamente a todas las destrezas que tengo que adquirir y/o cuestiones que conocer, sino al hecho de ver como la vida actua de forma natural y calmada pero continua y eficazmente. Es un proceso casi milagroso apreciar los cambios tan rápidamente.
Aunque el cansancio a ratos me pasa factura, la revolución emocional y experiencial es tan grande que amortigüa el peaje físico.
No se como definir esta etapa que estoy viviendo, solo se que si no es felicidad entonces no se qué carajo es la felicidad.
8 comentarios:
:D
Cuánto me alegro de que todo saliera bien... ¡y tan bien, no hay más que verla!
besets
FELICIDADES. A disfrutarlo mucho.
Gracias por compartir esos momentos de "plena felicidad". Estoy sonriendo contigo. de nuevo, gracias.
Muchas gracias Majo, dezaragoza y Chencho por seguir por aquí y compartir mi alegría. No quiero ponerme a que me de una hemorragia de ternura aunque no puedo negar que me apetecía compartir con vosotros este gozo.
Pero, pero, pero que cosa más linda Sâddha!!!!, es preciooooosa, que ojos, que mirada, ay, ay, que se me despierta el lado más maternal, snif.
Disfruta, disfruta de esos momentos.
Me alegro muchisimo de saber de ti, un besazo enorme para los tres.
:_)
Felicidades otra vez a los 3.
vaya ojos!
con esa mirada que tiene tu niña, es seguro que estáis felices, está recién llegada al mundo y alucina con la alegría que la envuelve, felicidades a vuestro nuevo grupo ¡
Hola Rosa, Cris y Lare,muchas gracias por vuestra felicitación, es un gusto compartir esta alegría con personas como vosotras. Yo la verdad es que en cuanto a que la niña sea más o menos guapa me callo porque reconozco que la objetividad y la paternidad no son muy compatibles, al menos a la hora de hablar de los hijos propios. Pero al margen de que resulte más o menos bonita la mirada, lo que me gusta de esa mirada es la limpieza que hay, es como ver un paisaje virgen que todavía no ha sido contaminado. El reparar en estas cosas me despierta la esperanza de que el mundo todavía se puede arreglar porque cada día nacen muchas criaturas con esa visión y confío en que no sea yo el único que se le despierten esos sentimientos a la hora de ver la mirada de un niño.
Besos.
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