Hace tiempo llegué a la conclusión de que las personas somos en cierto modo como los globos aerostáticos, vamos navegando por el mundo un poco a la deriva de los acontecimientos al igual que el viento actúa sobre estas naves. A la par que estos artefactos, nosotros los humanitos podemos elevarnos para hacer camino gracias a nuestro calor interno y es necesario que soltemos lastres si acaso queremos despegar y tomar cierta altura que nos permita hacer nuestro viaje.
Hoy me he acordado de esta conclusión a la que llegué no sé cuándo ni porque pero con la que sin duda hoy, quizás más que en otras veces, me identifico. Hoy llevé a cabo una decisión pensada y meditada durante largo tiempo, hoy solté un lastre pesado que no me permitía despegar; y no voy a negar que ahora me sienta un poco desangelado, asustado y aunque me disponga a tomar cierta altura o al menos cierta distancia, el vértigo en este primer tramo me acompaña. Sé que la incertidumbre es el abracadabra de la vida y miro el futuro con mirada esquiva, pero confío en mi calor interno para que me ayude a subir hasta la altura necesaria y así vislumbrar con mayor claridad el camino que me quede por recorrer.
Este año 2009 que ahora acaba ha supuesto para mí un tiempo de cambios, algunos más sutiles y otros más radicales, algunos más dulces y otros más amargos. Me quedo simplemente con que ha habido cambios y para mí los cambios y la vida están íntimamente ligados con lo cual me quedo con que he vivido, que no es poco.
Si tengo que pedir algo para el 2010, quizás me quedaría con la capacidad para seguir afrontando los cambios que tengan que suceder, que no es poco.
No sé si acertada o equivocadamente pero intento aplicar la filosofía de no desear a los demás lo que no te desees a ti mismo y viceversa (y no me va el masoquismo, que no se asuste nadie); así que como un deseo en el nuevo año para todas aquellas personas que me acompañan en este espacio, extiendo mi petición particular a todo el respetable y que dios reparta suerte.
Feliz y pacífico año 2010.
Hoy me he acordado de esta conclusión a la que llegué no sé cuándo ni porque pero con la que sin duda hoy, quizás más que en otras veces, me identifico. Hoy llevé a cabo una decisión pensada y meditada durante largo tiempo, hoy solté un lastre pesado que no me permitía despegar; y no voy a negar que ahora me sienta un poco desangelado, asustado y aunque me disponga a tomar cierta altura o al menos cierta distancia, el vértigo en este primer tramo me acompaña. Sé que la incertidumbre es el abracadabra de la vida y miro el futuro con mirada esquiva, pero confío en mi calor interno para que me ayude a subir hasta la altura necesaria y así vislumbrar con mayor claridad el camino que me quede por recorrer.
Este año 2009 que ahora acaba ha supuesto para mí un tiempo de cambios, algunos más sutiles y otros más radicales, algunos más dulces y otros más amargos. Me quedo simplemente con que ha habido cambios y para mí los cambios y la vida están íntimamente ligados con lo cual me quedo con que he vivido, que no es poco.
Si tengo que pedir algo para el 2010, quizás me quedaría con la capacidad para seguir afrontando los cambios que tengan que suceder, que no es poco.
No sé si acertada o equivocadamente pero intento aplicar la filosofía de no desear a los demás lo que no te desees a ti mismo y viceversa (y no me va el masoquismo, que no se asuste nadie); así que como un deseo en el nuevo año para todas aquellas personas que me acompañan en este espacio, extiendo mi petición particular a todo el respetable y que dios reparta suerte.
Feliz y pacífico año 2010.